Chico de 13 años usa la secuencia de Fibonacci para mejorar la energía solar
La mayoría de nosotros conocemos la serie de Fibonacci, es aquella en la que el siguiente número de la serie se logra con la suma de los dos anteriores y que va 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8 13, 21.. etcétera.
Pues bien, Aidan Dwyer, un chico de séptimo grado pensó haber visto un patrón en las hojas y ramas de los árboles que apenas crecían, después de algunas fotografías, mediciones y un poco de arduo trabajo de investigación, confirmó que las plantas crecían siguiendo el patrón de la serie de fibonacci y su consiguiente relación (que obedece al número áureo).
Esto es algo que muchos ya habían encontrado en la naturaleza, pero Aidan no se quedó ahí, ya que se preguntó por qué los árboles crecen siguiendo esta regla. El sabía que os árboles usan sus hojas para hacer fotosíntesis, así que decidió hacer de este el enfoque de su investigación. ¿Cómo? Déjenme platicarles.
El chico construyó un árbol usando las secuencia de hojas encontrada en el álamo, pero su árbol, en lugar de hojas comunes y corrientes tenía celdas fotovoltáicas. Después comparó su árbol con una configuración plana mucho más común. Sus resultados son sorprendentes.
La configuración de árbol de Fibonacci tuvo un mejor desempeño que las fotoceldas planas. El diseño de árbol generaba cerca de un 20% más de energía y podía recolectar energía por casi 2 horas y media más durante el día. Pero los resultados más interesantes se llevaron a cabo en diciembre, cuando el sol estaba en su punto más bajo. El diseño de árbol genero un 50% más de energía y pudo recolectar luz por casi 50% más de tiempo.
Tal vez su trabajo no sea algo del otro mundo, pero observando algo que los científicos llevan estudiando durante siglos, se pudo dar cuenta de cómo aprovechar el diseño natural para beneficio de la ciencia y para generar maneras más eficientes de obtener energía. ¿Se imaginan un día ir caminando por un desierto plantado con árboles de Fibonacci? Sería una maravilla tecológica basada en la naturaleza ¿Acaso hay algo mejor?
Debería haber más niños de 13 años que se dediquen a la investigación científica.
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